By: John Carrigan
Wednesday, October 2, 2024
Los agricultores que esperan el clima perfecto nunca
siembran. Si observan cada nube, nunca cosechan. Eclesiastés 11:4 (NTV)
Cuando me retiré de la Fuerza Aérea, no dejé de
trabajar. En cambio, me convertí en contratista civil de la Fuerza Espacial de
los Estados Unidos. Mi carrera ayudó a dar forma a lo que soy, pero la mayor
influencia en mi vida es Jesucristo. Estoy muy orgulloso de mi servicio
militar, pero estoy mucho más orgulloso de ser conocido como un seguidor de
Cristo.
El final de mi carrera en el gobierno se acerca, pero
hasta que termine, he necesitado capacitación para el desarrollo profesional.
Recientemente, mi edad me impactó durante una clase de capacitación en
liderazgo en línea de una semana en la que participé. Cuando nos presentamos,
me di cuenta de que era la persona de mayor edad de la clase con la carrera más
larga en el servicio federal. ¡Pero no fue algo negativo! De hecho, pude
compartir conocimientos que solo se pueden obtener a través de mi larga carrera.
También me alentó que mis compañeros de clase más jóvenes estuvieran dispuestos
a escuchar mis observaciones de "anciano".
Esa clase en línea me dio un renovado sentido de
propósito en el trabajo. Me mostró que los empleados maduros (especialmente los
supervisores y líderes) tienen la responsabilidad de capacitar y preparar a la
próxima generación de trabajadores. Pero también me mostró que debemos ser
intencionales en cuanto a transmitir nuestra experiencia. Honestamente, no
siempre he sido deliberado en ese sentido. Mi excusa fue que todo mi equipo
tiene muchos años de experiencia, y algunos tienen más experiencia que yo. Me di
cuenta de que si quiero dar forma al futuro, siempre debo estar buscando
oportunidades, y algunas de ellas pueden no ser convenientes.
Pero como seguidores de Cristo, ¿no deberíamos estar
más preocupados por el futuro del Reino de Dios que por nuestras carreras? El
Señor puede expandir Su reino sin nosotros, pero Él quiere que cada uno de
nosotros sea parte de lo que Él está haciendo en la próxima generación. El
testimonio de un creyente maduro es valioso, pero no solo le cuentes a los
demás lo que Dios ha hecho, ¡cuéntales lo que Dios está haciendo en tu vida
ahora mismo! No importa la edad que tengas, es vital que todos transmitamos nuestras
creencias espirituales a la próxima generación. Pero no es solo para pastores y
ancianos. Enséñele a alguien más joven que usted acerca de Dios y enséñele a
confiarle completamente su futuro.
Volvamos a nuestro versículo inicial... ¡No sea como
el granjero que espera el clima perfecto para sembrar, cosechar o transmitir
creencias espirituales! Acérquese y hable con alguien acerca de Dios, incluso
si tiene miedo y aunque parezca inconveniente. ¡Honre a Dios expandiendo su
reino! ¡Pídale que lo use para su gloria!