Alberto Del Calvo
May 08, 2024
En la vida pasamos por muchas pruebas que parecen tormentas, pero Cristo siempre está con nosotros en medio de ellas, guiando nuestro camino y en total control.
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Juan 6:1-2 (RVA-2015)
Después de esto fue Jesús a la otra orilla del mar de Galilea, o sea de
Tiberias, 2 y lo seguía una gran multitud porque veían las señales que
hacía en los enfermos.
• Recibimos paz en la tormenta cuando ponemos
toda nuestra fe en Cristo.
• Las tormentas de la vida se enfrentan con el
Espíritu Santo que vive en el creyente.
Juan 14:27 (NTV)
Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un
regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.
Salmos 55:22 (RVA-2015)
Echa tu carga sobre el SEÑOR, y él te sostendrá.
Jamás dejará caído al justo.
• En las tormentas de la vida nuestra fe es
probada, refinada y perfeccionada en Cristo.
Marcos 4:20 Pero otros
son como lo sembrado en buen terreno: oyen la palabra, la aceptan y producen
una cosecha que rinde treinta, sesenta y hasta cien veces más.
Salmos 89:8-9 ¿Quién como
tú, Señor Dios de los Ejércitos, rodeado de poder y de fidelidad? 9 Tú
gobiernas sobre el mar embravecido; cuando se levantan las olas, tú las calmas.
• Cristo está contigo antes, durante y después de
la tormenta.
• No hay tormenta que pueda detener el plan de
Dios para tu vida.
Filipenses 4:12-13 (RVA-2015)
Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas
las circunstancias he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura
como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad. 13 ¡Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece!
Filipenses 4:4-7
Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! 5 Que su amabilidad
sea evidente a todos. El Señor está cerca. 6 No se preocupen por nada;
más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios
y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
2 Corintios 12:10
Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y
dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy
fuerte.
• Enfrentemos las pruebas con gozo porque sabemos que
Dios está con nosotros.
Salmos 56:3 Cuando
siento miedo, pongo en ti mi confianza.